Se trata de un edificio que consta de planta baja o semisótano, dedicado antiguamente a molino harinero, y dos plantas superiores, donde se ubicaba una fábrica de lanas e hilatura, todo ello en forma de «L» cuya estructura actual no se ha podido datar con precisión, si bien se puede constatar que cuenta con más de 200 años, a la vez que se sabe fehacientemente según citas del Archivo Municipal de Albarracín, que ya en el siglo XVI existía en este lugar una edificación , al parecer más pequeña, que bien pudiera tratarse del lienzo principal de la fachada, que diera origen tras varias ampliaciones, que se han detectado en la restauración, al edificio en su forma actual.
En la zona posterior y uniendo los vértices de la citada «L» formando un triángulo, se encuentra una edificación construida a finales del siglo XIX que consta de planta baja, donde estuvo ubicado un pequeño batan y tinte de lana, y 1ª planta que sirvió de almacén.
En la actualidad y tras la restauración y adaptación para hotel se ha instalado en la planta baja o lo que fuera molino, la recepción del hotel y la cafetería. En el antiguo batan se ha instalado el comedor cuyas ventanas posteriores dan directamente al río Guadalaviar y las anteriores a los cárcabos del antiguo molino. Arriba en las dos plantas superiores, o lo que fuera la fábrica de lanas, se han instalado las habitaciones.
En el exterior del edificio cuenta con terrazas ajardinadas, siendo su ubicación privilegiada en plena vega y a orillas del río, destacando la vegetación, el agua y la tranquilidad, y todo ello a tan sólo 500 metros de la plaza Mayor de la localidad.